El buen samaritano (Lc 10:30-35)
El hombre caído no conoce el corazón y la
voluntad de Dios; vive perdido y sin esperanza
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Esta
parábola es una de mis favoritas siempre que la analizo y la estudio le saco
algo nuevo. Es cierto que lo que se escribió en la Biblia fue con la meta de
darnos una lección y así poder corregirnos para ser verdaderos cristianos. (Rom
15:4) La parábola comienza narrando la historia de un hombre que fue asaltado,
golpeado y dejado medio muerto a la vera del camino.
El primer Adán y la naturaleza del hombre. Este hombre asaltado y dejado tirado en el camino
representa al primer Adán y representa al ser humano, que han sido despojados
de su dignidad por el pecado. Asaltados de su condición original para llevarlos
de su grandeza y perfección a la muerte y a la desolación. La Biblia no usa el término hombre caído, pero está llena de ejemplos
donde la naturaleza humana caída resalta luego, luego: La expulsión del
paraíso, Caín mato Abel, la confusión del lenguaje de la torre de Babel, la
rebeldía de los reyes contra los profetas, adorar otros dioses…etc.
El propósito de Dios al crearnos fue que fuéramos su tesoro y
que viviéramos para alabanza de su gloria
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El hombre caído, careciendo del valor del hombre
original que había sido creado para
ser un tesoro de Dios y para que fuera alabanza de su gloria cumpliendo
así el propósito de la creación, cayó en una posición tan baja que arruino la relación
con Dios fuente de toda vida, llegando al punto de obstinarse en adorar a otros
dioses, abriendo paso a la religión, al
pecado y a la perdición. Perdiéndose así del verdadero propósito por el cual
fue creado.
Por consiguiente, el hombre no tiene ningún valor mientras permanezca en el estado caído; pero cuando logre tener una nueva vida en Cristo, y cuando se convierta así en un hijo del bien, limpio de pecado, entonces se restaurará como un hombre que ha cumplido el propósito de la creación, siendo el tesoro de Dios al igual que Cristo Jesús. Porque ese es el plan de Dios que volvamos a ser como antes perfectos y sin mancha por medio de Cristo. Dios sabe de nuestra maldad, Dios sabe de nuestra desesperación, Dios sabe de nuestra naturaleza malvada, Dios sabe de nuestra oscuridad por eso mando a Cristo para ayudarnos, levantarnos y salvarnos.











Han pasado ya casi dos mil años desde que Jesús y sus apóstoles
anunciaron por primera vez el mensaje de salvación. Durante este largo periodo
muchos han producido versiones falsas del Evangelio. El verdadero cristianismo proviene cuando realmente tenemos el caracter y la forma de ser de Jesucristo. Por
consiguiente evangelizar no es simplemente traer gente a la iglesia. Es
«concectarlos» con la «buena nueva» que originó la fe cristiana en el siglo
primero. La verdadera evangelización siempre tendrá que ver con conducir a
otros a la fuente original de fe, de la cual da testimonio el Nuevo Testamento.
Es decir a Jesucristo. Este es el único mensaje que trae salvación. Es el
tesoro que tenemos qué compartir con quienes no lo conocen. La lección bien conocida de
dos hombres de negocios, fabricantes de calzados, que visitaron un país cuyos
habitantes no usaban calzados. Uno de ellos dijo: “aquí será un
fracaso mi negocio pues no usan zapatos”. El otro dijo: “aquí mi negocio
sería un éxito rotundo, pues todos necesitan calzados”. Este último vio
la barrera como una oportunidad. David dijo: este Goliat es tan grande que precisamente por eso no puedo fallar.
Así es el evangelio mientras más in-converso es el pueblo más necesitan la luz del evangelio. No te contengas de predicar el
evangelio porque la persona parece muy mala. Al contrario esa persona es la que
más necesita de tu ministerio de evangelismo. Como reza el dicho: “El pesimista
ve la dificultad a la menor oportunidad; Mientras el optimista ve la
oportunidad a pesar de la dificultad” asi que a EVANGELIZAR!!!
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